domingo, 24 de julio de 2016

61.- CHALET DEL CONDE DE CAMPILLOS - Paseo de Colón, 4. Santiago de la Ribera - San Javier.




El hoy tan maltratado Mar Menor era, a principios del pasado siglo, un lugar idílico en el que sólo unos pocos privilegiados podían permitirse el lujo de veranear.

La actual localidad de Santiago de la Ribera fue fundada en 1888 por el que fuera Presidente de Sala del Tribunal Supremo, D. José María Barnuevo y Rodrigo de Villamayor de Ulloa [Madrid, 1837 - Murcia, 1911, y por Dª Mª Teresa Sandoval y Mena [San Clemente, 1842 - ?,?], a raíz de que mandaran construir en la finca denominada "Torre Mínguez" el llamado "Chalet Barnuevo", que fue la primera edificación que hubo en la zona, y el núcleo desde donde se empezó a expandir esta importante localidad costera.

Poco tiempo después, su hija Dª. María del Dulce Nombre Barnuevo y Sandoval [Valencia, 1876 - Madrid, 1956] y su marido, el noble D. Joaquín Chico de Guzmán y Chico de Guzmán [Madrid, 1870 – Cehegín, 1962], mandaron construir un lujoso chalet, ubicado muy cerca del de sus padres.


Adornos de las embocaduras de la planta baja
Adornos de las embocaduras de la planta superior
La casa, situada en primera línea de playa, es de estilo historicista modernista, muy cercano al primer modernismo catalán. Está estructurada en dos plantas, que por los adornos de las embocaduras de las ventanas que son diferentes en cada planta, dan la impresión de haber sido construidas en diferentes épocas.

La parte frontal está estructurada en tres ejes, destacando un piñón frontal que tiene un óculo central, y en el que destaca un escudo nobiliario rematado por una corona.


En la parte derecha hay una terraza tipo solárium, de la que parte una escalera de caracol metálica que da acceso a la terraza superior. Una balaustrada ligeramente volada, que repite el mismo motivo geométrico del óculo del frontal, recorre el perímetro de la terraza superior y remata el edificio.



Por la tipología del edificio y los adornos de las embocaduras, idénticos a los utilizados repetidamente por Víctor Beltrí en sus primeras obras en Cartagena, creemos que podemos atribuir a este arquitecto la paternidad de esta obra, que debió de realizarse hacia 1903. Además tenemos constancia de que la construcción la ejecutó la empresa "Carbajal Hermanos", con la que habitualmente trabajaba Beltrí.

Hasta hace pocos años las palmeras del jardín ocultaban en gran medida la visión del chalet, pero la actuación implacable del picudo, lamentablemente ha facilitado que hoy en día pueda ser observada en su totalidad, tal y como fue construida.


A pesar de estar catalogado, y tener un grado integral de protección (Grado 1), la última restauración del frontal ha sido un auténtico fiasco, sobre todo por la utilización de los colores, tal y como puede observarse en la fotografía de Jesús Bueno.


D. Joaquín Chico de Guzmán y Chico de Guzmán fue un importante miembro de la nobleza, que tuvo una destacada actividad política. Entre otros títulos y cargos fue: Segundo Conde de Campillos; Maestrante de Ronda; Caballero de la Orden de Santiago (1890), de la que fue Trece de León; Comendador Mayor de Montalbán; Presidente de la Orden (1959-1961); Presidente del Tribunal Metropolitano y del Real Consejo de las Ordenes Militares; Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica; Caballero de la Maestrante de la Real Maestranza de Caballería de Granada; Diputado a Cortes por el distrito de Cieza (1899); Senador del Reino por las provincias de Albacete (1914, 1915) y Murcia (1919-1920), y vitalicio posteriormente; e hijo adoptivo de Cehegín.

sábado, 9 de julio de 2016

60.- PANTEÓN GARCIA CONESA – Cementerio. Diputación de Canteras - Cartagena


Una de las obras que se nos pasaron por alto cuando escribimos el libro Arquitectura Modernista en la Región de Murcia, fue este interesante panteón del Cementerio de la pedanía cartagenera de Canteras.

Se encuentra ubicado justo al lado de la puerta de acceso, según se entra a mano izquierda, y es muy difícil de fotografiar de forma íntegra dado la estrechez del pasillo. De diseño neogótico, en la fachada se combinan admirablemente la cerámica, tanto en forma de piezas enteras de estilo oriental, como de trencadís blanco y granate, para realizar un conjunto espectacular. Pero si por algo destaca el panteón es por los numerosos guiños a la masonería que contiene.

Por un lado, si uno se fija bien el diseño del frontón superior es el del llamado “ojo de la providencia”, también llamado el “ojo que todo lo ve” o el “delta luminoso”, es un símbolo interpretado como la vigilancia de Dios sobre la humanidad el cual es repetidamente empleado dentro del simbolismo masónico. Se encuentra relacionado con el “ojo de Ra”, también llamado “ojo de Horus”, del antiguo Egipto. Se suele representar inscrito dentro de un triángulo, con un ojo en el centro del que salen rayos.

"Ojo de la Providencia", con los rayos saliendo del ojo

Frontón con el "Ojo de la Providencia" del templo de la
logia masónica Manuel Azaña de Santa Cruz de Tenerife

Frontón del panteón de Canteras, con los rayos saliendo del óculo
En el caso que nos ocupa el lugar del “ojo” lo ocuparía un pequeño lucernario formado por cuatro círculos entrelazados, también símbolo masónico ampliamente utilizado por la fraternidad de los Rosacruces, siendo los rayos que salen del mencionado “ojo” unas bandas de cerámica en forma de trencadís, de color blanco y granate. 

Los cuatro círculos entrelazados simbólicos de la masonería

En el panteón se ha reemplazado el "Ojo de la
Providencia" por los cuatro círculos entrelazados
Dos grandes cruces templarias de cerámica, también de amplio significado masónico, adornan la parte baja de la fachada.

Cruz templaria esquematizada
Cruces templarias de cerámica, en la parte baja del panteón
En el interior puede apreciarse una placa funeraria en la que se puede observar dos pentáculos, estrellas de cinco puntas enmarcadas en sendos círculos ampliamente usadas por francmasones, gnósticos, rosacruces y otras sociedades secretas.

Pentáculo
Placa funeraria del interior con dos pentáculos en la parte superior
Por el empleo masivo de azulejos, y el conocimiento de los símbolos masónicos, bien podría pensarse que el autor pudo haber sido el arquitecto Víctor Beltrí. En cuanto a la fecha de construcción, podría deducirse por una de las placas del interior el año 1915, lo que también coincidiría con la etapa en la que Beltrí empleaba profusamente la cerámica y el trencadís, como en la Casa Llagostera (1913), el Huerto de las Bolas (1918) o Villa Carmen (1914), por lo que nos atrevemos a atribuírselo provisionalmente a este prolífico arquitecto.

En mi última visita un cartel de “SE VENDE” anunciaba un peligroso futuro para esta pequeña e interesante joya, que no tiene ningún tipo de protección. Sería necesario que el Ayuntamiento de Cartagena procediera urgentemente a cambiar su calificación.