domingo, 31 de enero de 2016

50.- RESTAURANTE DE LORETO O CASA DE NEMESIO VICENTE - C/ Canalejas, 73. Jumilla

En la comarca del altiplano murciano existen un número notable de obras modernistas que fueron mandadas construir por los propietarios de las bodegas de la zona, que se habían enriqueciendo a raíz de la plaga de filoxera que arrasó, primero con el viñedo francés y pocos años más tarde con el de la Rioja.

Una de estas muestras modernistas la encontramos en Jumilla. Se trata de la que fuera antigua casa de D. Nemesio Vicente Olivares, y que hoy en día alberga el magnífico “Restaurante de Loreto”, que actualmente regentan las hermanas Eva María e Irene López, actuales propietarias del inmueble. Desde aquí quiero agradecer a Eva María toda la información y fotografías que amablemente me ha cedido, y recomendar a todos los lectores que no dejen de visitarlo.


El edificio enseguida llama la atención por los abigarrados adornos vegetales que adornan los huecos, y que son idénticos a los de se pueden ver en otros edificios de la provincia, tales como la Casa de los Condes de Arribas en Cehegín, o la Casa de Simón García en Murcia. Ignoramos completamente quien pudo ser su autor. 
Detalle de la moldura modernista de un balcón
de la Casa de los Condes de Arribas (Cehegín),
idéntico a los del Restaurante de Loreto (Jumilla)

  Imagen antigua de la casa, antes de su restauración. 
Como puede observarse, se ha respetado al 
máximo el aspecto original del inmueble.

El inmueble está articulado en cuatro ejes verticales, estando la puerta de acceso al inmueble en el segundo eje desde la izquierda. Exteriormente, además de los mencionados adornos vegetales, es digno de mencionar las rejerías de los balcones y los ventanales, que parecen originales.

Por lo que nos cuenta Eva María, es posible que el aspecto actual proceda de una reforma modernista de un edificio de planta baja que hubiese incluido la construcción de la planta superior, ya que los muros de esta son bastante más estrechos que los de la planta inferior. 

Cuando uno penetra en su interior puede ver el resultado de una magnífica restauración de un edificio que estaba prácticamente destruido cuando fue adquirido por la familia López hace una veintena de años. La idea inicial fue la de proceder a su rehabilitación para que sirviese como vivienda, pero como las obras quedaron paradas por un tiempo, finalmente optaron por convertirla en restaurante hará unos nueve años. La casa se la encontraron separada en dos plantas independientes, con lo que el trabajo para comunicarlas fue arduo.


Cuando uno penetra al interior enseguida le llama la atención una vidriera de coloridos cristales que ocupa todo el techo de la planta superior y que, aunque lo parezca, no es el original. Lo que se existía originalmente era el hueco del lucernario, y fue su madre la que hizo los cristales pintándolos por las noches durante un par veranos.



Para acceder a la planta superior se construyó una escalera curvada en la que instalaron una preciosa barandilla de hierro que la familia guardaba de su anterior vivienda. Este tipo de barandilla, que se utilizó mucho durante el modernismo, era un modelo de la fundición gallega de Joaquín Fernández Lema. De hecho se la puede encontrar en algunas de las mejores casas modernistas que hay en España, como por ejemplo, en la Casa Diaz Cassou de Murcia.




Los adornos florales del interior, idénticos a los del exterior, son en su mayoría originales de la casa. La madre de las propietarias los reprodujo para sustituir los dañados por la humedad y además poder unificar ambas plantas, puesto que al haber estado separadas, las decoraciones habían quedado desparejadas. Eva María me manifiesta que recuerda de pequeña, haber participado de la elaboración de los moldes, de los rosetones y demás escayolas de los pasillos. “Han sido muchos los procesos artesanales de los que hemos participado la familia en el interior y exterior del edificio” añade Eva María.

El propietario original, D. Nemesio Vicente Olivares [Jumilla, 1895 - Jumilla, 1944], fue un terrateniente agrícola y propietario bodeguero. Perteneciente al Partido Unión Patriótica, ocupó el puesto de alcalde de esta localidad al menos desde 1929. Durante su mandato se construyó la Casa Cuartel de la Guardia Civil y una plaza de mercado.

Al iniciarse la Guerra Civil sus fincas fueron incautadas, así como su domicilio particular que fue saqueado. Allí se instaló primero el Sindicato de la Aguja, para la confección de prendas militares, y después la Escuela de Caballería. Al ver que su vida corría peligro huyó a Madrid, en donde fue detenido, ingresando en la cárcel de Porlier, de donde fue trasladado al reformatorio de Alicante, en donde estuvo retenido hasta que fue liberado por las tropas nacionales.

El valor pericial de los daños sufridos fue de diez mil pesetas de la época, que fue lo que costó la reparación de su domicilio, y de otras cincuenta mil pesetas por los daños en las fincas. Al parecer falleció en 1944.

Sus descendientes son los actuales dueños de “Bodegas Casa Castillo”.

Fuentes
  • Abarca López, Pedro “Miscelánea Jumillana
  • Archivo Histórico Nacional: “FC- CAUSA GENERAL, 1066, EXP.6. Asunto: Relación de daños sufridos en la dominación marxista. 22/7/1943
  • López, Eva Mª. Testimonio personal
  • Revista “Flores y Naranjos” Enero, 1929. Página 66. Murcia.

domingo, 24 de enero de 2016

Guía: CARTAGENA. RUTAS MODERNISTAS Y ART DÉCO


Ya está a la venta la nueva guía: CARTAGENA. RUTAS MODERNISTAS Y ART DÉCO. Se puede comprar en Cartagena en ALCARAZ COMIC Librería, C/ Manuel Wssell de Guimbarda, 19.
También se puede pedir a la dirección de correo moderdeco@gmail.com



sábado, 16 de enero de 2016

49.- CASA CARIDE - C/ Mayor 13. Alcantarilla



Este señorial edificio está ubicado al principio de la calle Mayor, la arteria principal de Alcantarilla, y fue la mansión familiar de los Caride que, según dicen las crónicas, fueron los mayores rivales de los Cobarro, que fueron los protagonistas de la anterior entrada de este blog.

El edificio fue proyectado, con toda seguridad, por el arquitecto Pedro Cerdán, probablemente entre 1915 y 1920. Siempre hablamos de atribuciones y estimaciones en Alcantarilla, pues como para el resto de edificios de esta localidad no se conserva ningún proyecto que pueda certificar estos datos.

 

Cuenta con dos plantas, articuladas alrededor de cinco ejes verticales, teniendo la particularidad de ser asimétrico, pues la entrada principal se encuentra a la altura del segundo eje y no en el centro, como suele ser habitual en la mayoría de edificios de la época. De hecho es posible que la parte derecha fuese una ampliación posterior de la obra original.

El edificio sigue la tipología de otras obras de Cerdán: planta baja simulando sillares y planta alta de ladrillos. Lo más llamativo son los adornos vegetales que coronan el alero del cuerpo principal y que todavía conservan parte de su colorido original, así como las embocaduras de los huecos de la parte superior que están rematadas por un extraño y curioso ventanuco, del que desconocemos su utilidad, y que no hemos visto en ningún otro edificio de la provincia. 


Estas embocaduras son tan similares a las de edificio existente de la calle de Santa Eulalia de Totana, que nos han servido para poder atribuir también a Cerdán esta última obra.

En la planta baja falta el ventanal de la parte derecha, dando la impresión de que en su día fue suprimido para abrir algún hueco, tal vez para entrada de carruajes.

De origen gallego, José Caride Sisto [Santiago de Compostela, 1865 - Alcantarilla] se estableció en la localidad de Alcantarilla siendo todavía un niño. 

A base de mucho trabajo y esfuerzo pronto emprendió diversos negocios entre los que destacaron: una fábrica de maderas y un aserradero mecánico ubicado en la carretera de Murcia, un almacén de maderas de todas clases y un almacén de abonos químicos y de materias primas. Llegó a ser concejal de Alcantarilla.

En esta localidad conoció a la joven Dolores Lorente Riquelme [Alcantarilla, 1869 – Alcantarilla, 1932] con la que contrajo matrimonio.

Uno de sus hijos, Jesús Caride Lorente, fue una persona con cualidades y dotes excepcionales para los negocios. Desde muy joven, ya se le veían aspiraciones empresariales y hacia 1928 decidió montar una pequeña instalación de alimentos en conserva, para lo que contó con el apoyo financiero de su padre. Para ello, pidió al maestro conservero Jesús Ibáñez, profesional experto y formado en la “Fábrica de Esteva Canet”, que le acompañara en esta aventura industrial, consiguiendo un rotundo éxito.


Años más tarde adquirieron nuevas fábricas en Calahorra (La Rioja) y Milagro (Navarra), en las que Jesús ocupó periódicamente el puesto de Gerente.


La elaboración principal de la fábrica fueron las conservas de albaricoque, incorporándose poco a poco todo tipo de vegetales, tales como melocotón, tomate, alcachofas, etc. Los productos especiales de la casa fueron la carne de membrillo, el pan de higo y los orejones.


Las “Conservas Caride” tuvieron amplia demanda en el extranjero, con especial éxito en Francia, Inglaterra, Estado Unidos y otros países americanos.

El edificio se encuentra en un estado de conservación preocupante, pues ya se pueden ver al aire los hierros internos de las embocaduras de piedra artificial.


Durante nuestra última visita realizada con motivo de la Ruta Modernista y Art déco, organizada por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, se barajó la idea de que en un futuro pudiese albergar el Museo de Modernismo de la Región de Murcia, y en el que se podrían recrear diversas estancias, al modo del existente en Novelda, pues al parecer todavía conserva su interior original.


Fuentes
  • Saura, Fulgencio y Riquelme, Ángel “Entrevistas de colaboración con herederos de precursores de la industria conservera murciana”. Revista “CANGILÓN” nº 14, Septiembre de 1997.
  • Diario “El Tiempo” (Ed. Mañana) (Murcia) - 03/08/1932
  • Diario “La Región: diario de la república” (Murcia) - 14/07/1932
  • Diario “Levante Agrario” (Murcia) - 22/11/1933Revista “La Gaceta de Alcantarilla” (Alcantarilla) Nº 5




viernes, 1 de enero de 2016

48.- CASA DE GABRIEL COBARRO (Primera) - C/ de la Nona, 7. Alcantarilla


La ciudad de Alcantarilla posee uno de los conjuntos modernistas más interesantes que todavía se conservan en la Región de Murcia. Estos edificios vinieron de la mano de industriales de la madera y la conserva, y exportadores de fruta, que a principios del siglo pasado hicieron fortuna y, como en otros lugares, adoptaron este estilo arquitectónico para sus viviendas familiares.

La primera vivienda que mandó construir Gabriel Cobarro Tornero en la calle de la Nona, es una de las mejores y más interesantes obras que todavía puede verse en esta localidad. 




Su estado actual es lamentable ya que hace unos años fue derruido su interior, a la vez que se procedía a derruir los dos edificios que había a ambos lados, quedando en pie sólo la fachada. Si no se interviene urgentemente pronto se perderá uno de los mejores exponentes del modernismo existentes en la provincia, fuera de Cartagena.

En el archivo municipal no existe ningún proyecto de aquella época, por lo que tendremos que basarnos en ciertos detalles constructivos para intentar aclarar la posible autoría y su fecha de construcción.

El edificio consta de dos plantas: la primera simula estar construida a base de sillares, y la segunda con ladrillos, que en realidad son unos bellos azulejos blancos matizados en azul que los simulan. Este modelo de sillares y ladrillos, se repite en otras obras de la localidad y de la provincia, y nos da una de las pistas sobre su posible autor.

Está articulado en cinco ejes, e inmediatamente nos llama la atención las balconadas y las embocaduras de los huecos de la planta alta, adornadas con bulbosas formas vegetales.

Si observamos detenidamente los detalles decorativos podremos identificar algunos símbolos que el arquitecto Pedro Cerdán Martínez utilizaba con frecuencia en sus obras: tres adornos en forma de clave en los laterales de los huecos de la planta superior; dos flores cruzadas, que se puede observar en los remates de la cornisa; remates en forma de clave de los huecos de la planta baja…

Tras consultarlos con Valentí Pons Toujouse, uno de los mayores expertos en el modernismo español e internacional, llegamos a la conclusión de que podemos atribuírselo a este gran arquitecto. Debió de diseñarlo durante su etapa más modernista floral, antes de que se adentrara de lleno en el sezessionismo, por lo que debió de ser construido entre 1905 y 1910. 





Estos diseños de los balcones los hemos visto al menos en otras dos edificaciones de la provincia: en Mula y en la pedanía murciana de La Ñora, por lo que pienso que podríamos atribuírselos también al mismo arquitecto. El remate de los dos flores cruzadas también aparece en el edificio de la calle de Santa Eulalia de Totana, por lo que también creemos que debe ser su autor, no Víctor Beltrí, como inicialmente habíamos supuesto.

La familia Cobarro procedía originalmente de Abarán. De origen sumamente humilde se dedicaban a la venta ambulante, de pueblo en pueblo. Este extracto de la prensa local deja buena constancia de ello: “yo he visto a los Cobarros, casi harapientos amanuenses, arreando mezquinas mercancías entre el polvo y el barro de los caminos y ante las ascuas de nuestro sol canicular en el servicio y provisión de mercados de villorrios”.

Jesús Cobarro
Antonio Cobarro

Sumamente emprendedores y trabajadores, encabezados por el padre D. Joaquín Cobarro Molina (?) [Abarán, ¿ - Alcantarilla, ¿], los hermanos Joaquín, Domingo, Antonio, Gabriel y Jesús Cobarro Tornero, crearon en 1895 en la localidad de Alcantarilla, la empresa “Cobarro Hermanos” para el comercio de frutas.

Tenían almacenes en Abarán, a cuyo frente se encontraba Joaquín hijo; Alguazas, a cargo de Joaquín padre y de Domingo, y en Alcantarilla, siendo éste último la sede del centro operacional de la empresa. Dicho almacén fue adquirido por la sociedad en 1901 y estaba situado en el c/ del Cuartel nº 3. Sus grandes dependencias daban cabida a quinientas mujeres, empapeladoras y empaquetadoras, y a otros tantos operarios encargados del resto de la confección de las sesenta mil cajas de naranja y limón que se hacían anualmente.

Entre todos “Los Cobarros” (nombre por el que eran conocidos los miembros de la familia) destacó especialmente Gabriel, que estaba al frente del almacén de Alcantarilla, y que llegó a ser uno de los industriales murcianos más importantes del siglo XX, ya que supo ver, con acierto, la demanda que existía en el norte de Europa de los productos de la huerta de Murcia.

Pronto se hizo con una licencia de exportación, y a través de Jesús, el menor de los hermanos, que estuvo afincado en Londres desde los 14 años, comenzó a mandar naranjas, limones, tomates y un largo etcétera de productos típicos de la tierra, pero muy escasos allí. Su visión de negocio pronto dio sus frutos consiguiendo amasar una importante fortuna.

Desde allí mandaban fruta a Madrid y al norte de España, así como, además de a Londres, a Paris, Hamburgo o Liverpool.
Gabriel incluso llegó a poseer un “Rolls-Royce”, cuando el parque móvil murciano era mínimo. Llegó a ser Teniente de Alcalde de Alcantarilla.

Otro miembro destacado de la familia fue Basilio Antonio Cobarro [Abarán, 1881 – Alcantarilla, 1967] responsable de las tasaciones a pie de finca de las frutas que compraba la firma “Cobarro hermanos” y que se afincó de forma definitiva en Alcantarilla al casarse en 1903 con la joven de esta localidad, Julia Yelo. Fue propietario también de una interesante casa en Alcantarilla.

Al fallecimiento de los hermanos, el negocio familiar paso a manos de Basilio Cobarro Yelo. Con los años se cambió el nombre de la firma a “Herederos de Basilio Cobarro Yelo”. En los años cuarenta comenzaron a también a realizar conservas vegetales con gran éxito. 

En 1968 se fusionó con la empresa “Hortícola del Segura” dando lugar a la empresa “Cobarro y Hortícola, S.A.”. Desde esa fecha estuvo funcionando hasta que en 1978 cesó de forma definitiva su actividad comercial.

Bibliografía