sábado, 30 de mayo de 2015

35.- PANTEÓN DE LA FAMILIA DEL GENERAL ÁZNAR - Cementerio Municipal Nª Sª del Carmen. Totana



El cementerio de Nuestra Señora del Carmen en Totana es uno de los más interesantes de la Región por la calidad de los panteones que alberga.

Entre ellos llama especialmente la atención uno que más que un panteón, parece una construcción militar levantada en un estilo difícil de definir, mezcla entre modernista y oriental. La puerta y ventanas latearles de la fachada principal están enmarcadas con arcos de herradura que cobijan en su interior unos originales arcos intradosados en forma trilobulada, que se curvan sinuosamente en los externos con cierto cariz modernista. Los vanos de las ventanas se cierran con una celosía reticular que forma rectángulos, con esquinas escalonadas. En su interior existe un bello retablo en altorrelieve, de factura modernista. Se desconoce quien fue su autor pero bien pudiera haber sido el arquitecto Víctor Beltrí. 

Dicho panteón es propiedad de la familia del que fuera el general Ángel Aznar y Butigieg [Totana?, 1847 – Madrid, 1924], tal como figura en un anacrónico cartelón que situado sobre el arco central. 

Ángel Aznar era miembro de una distinguida familia cartagenera, y aunque en diversos documentos figura como natural de Cartagena, lugar en donde fue bautizado, parece ser que realmente nació en Totana.

Con quince años recién cumplidos ingresa en el Ejército. En la Tercera Guerra Carlista (1874), se bate heroicamente recibiendo una herida que pone en gran peligro su vida.

Los hechos de armas van marcando su carrera y así, tiene una participación decisiva cuando consigue sofocar el movimiento sedicioso del Cuartel de San Gil de Madrid.

En el ejército alcanzó los grados de Brigadier (1887), General de División (1895) y Teniente General (1907). Gozaba de grandes simpatías en todos los ambientes. Su amistad con el Rey Alfonso XII era de una firmeza inquebrantable.

Ostentó numerosos cargos públicos tales como: Vicepresidente de la Comisión de Táctica del Ministerio de la Guerra; Director de la Escuela Superior del Ejército; Gobernador Militar de Cartagena; Capitán General de Madrid, Valencia y La Coruña; Director de la Guardia Civil; Ayudante de Campo de S. M. el Rey Alfonso XII; Jefe del Cuarto Militar del Rey; General del Cuerpo de Inválidos; Capitán General de Alabarderos; Diputado a Cortes por Cartagena en 1893, 1896, 1898, 1899, 1901, 1903 y 1905; Senador Vitalicio (1910-1924) y Ministro de la Guerra en 1910, durante el Gobierno de Canalejas.

Además estaba en posesión de las siguientes condecoraciones: Gran Cruz de San Hermenegildo; Gran Cruz Blanca del Mérito Militar; dos Cruces Rojas del Mérito Militar; Medalla de Bilbao; Medalla de la Guerra Civil y Medalla de Alfonso XII. En 1910 fue nombrado “Hijo predilecto de Cartagena”, dándole su nombre a la calle Jara.

A pesar de su gran actividad pública, tuvo también tiempo de publicar diversas obras escritas de carácter científico y militar.

Mas información sobre su biografía se puede encontrar en 

Como siempre, cualquier información que nos pueda aclarar quién fue el autor de su panteón será bienvenida.

Quisiera dar las gracias a María José Lario Romero por ayudarme en la descripción estilística del panteón.

domingo, 10 de mayo de 2015

34.- HUERTO DE LAS BOLAS - Ctra. N-301, Madrid-Cartagena, Km. 433. El Plan - Cartagena


La familia Llagostera en la terraza del “Huerto de las Bolas” 
Con motivo de le edición por parte de la Fundación Integra y del portal Región de Murcia Digital, de un extraordinario vídeo, en el que ha colaborado también la Comisión Beltrí 2012, y que gracias a la utilización de drones permite observar desde todos los ángulos una de las joyas del modernismo cartagenero, toca esta semana dedicar esta entrada al "Huerto de las Bolas" o "Torre Llagostera", como también se la conoce.

D. Esteban Llagostera i Punti [Manlleu [1847-1917] era natural de Manlleu, en la provincia de Barcelona, lugar en donde la familia Llagostera poseía una gran fábrica de tejidos gracias a la cual amasaron su fortuna. Esteban se instaló en Cartagena siendo joven, y sobrevivió a episodios muy difíciles como la Guerra del Cantón o la epidemia de cólera. 

Alcanzó gran prosperidad con su empresa “Esteban Llagostera y Cª”, cuyo local comercial dedicado a la venta de tejidos estaba situado en los mismos bajos de su vivienda, la denominada “Casa Llagostera”. Casado con Julia Molina Macabich no tuvieron descendencia directa, por lo que sus sobrinos fueron los encargados de seguir con el negocio tras su fallecimiento.

El “Huerto de las Bolas”, llamado así por los remates de las pilastras de las verjas de la finca, también conocido por “Torre Llagostera” por el apellido de sus propietarios.

El edificio original fue levantado en 1903 y sufrió varias reformas hasta que alcanza su aspecto definitivo en 1918. El edificio original parece obra de Carlos Mancha, siendo el arquitecto Víctor Beltrí quien intervino en las sucesivas reformas que sufrió, añadiendo la torre y los motivos cerámicos, a los que eran tan aficionados, tanto los propietarios como el arquitecto, para los que ya había construido anteriormente la "Casa Llagostera en la calle Mayor de Cartagena. 

Construido dentro de un gran jardín, reúne todas las características de una mansión colonial. Encierra una mezcla de clasicismo y exotismo que lo hace muy atractivo. El cuerpo central es del tipo de casa de campo elemental, rodeada por un amplio porche con marquesina de columnas de hierro de la “Fundición Francisco Peña”, siendo esta marquesina uno de los aspectos más llamativos del edificio. El porche tiene el aspecto de un invernadero sin cristales. 

En el extremo izquierdo de la fachada principal se levanta una torre cuadrada de cuatro plantas con una pequeña terraza, rodeada de una balaustrada que sobresale ligeramente a modo de balcón sobre la misma torre. Esta solución, unida a los cuatro floreros de cerámica de las esquinas y la linterna recubierta de trencadís en la que el arquitecto emplea, no sólo azulejos, sino también trozos de vajillas o botellas de múltiples colores, le da un cierto aire islámico. 

Una anécdota curiosa es que en la vivienda que el propietario tenía en la calle Mayor de Cartagena, la “Casa Llagostera”, había otra torre en la terraza desde la que se hacían señales, transmitiéndose mensajes entre las dos casas por medio de banderas. 

En el interior, nada más franquear la puerta de la casa en la que pueden observarse las iniciales de los propietarios en la forja, se entra a un vestíbulo en el que hay sobre los marcos de las puertas diversas tallas de madera con motivos alusivos a la agricultura, el comercio y las bellas artes. En una de sus paredes hay una fotografía antigua, que reproducimos aquí, en donde se puede observar como era originalmente el abigarrado interior, en el que destacaba un estrafalario espejo.


En el salón de la derecha, según se entra, todavía se conservan las molduras de escayola coloreadas del techo que representan caras femeninas, y en el comedor que hay al fondo, frescos en el techo que representan una ingenua escena con mariposas y amorcillos. 

La cerámica también se utilizó profusamente en todo el exterior de la vivienda. Así en el porche los azulejos recubren todas las paredes con recuadros de diversos temas, formando unas composiciones vegetales muy modernistas. Hemos llegado a identificar que algunos de los paneles con diseños vegetales de Luís Bru y Lluis Domènech i Montaner, procedían de la barcelonesa “Fábrica Hijo de Jaime Pujol i Bausis - La Rajoleta”.

En otros recuadros hay composiciones geométricas con cuadrados y círculos en azul, blanco y naranja, de moderno y atractivo diseño. En algunos de ellos se entrelazan las letras «E - LL», iniciales de Esteban Llagostera y «J - M», de su esposa Julia Molina. 

Pero es en el jardín donde el uso de los azulejos de todo tipo, forma y color, llega a su cenit en Cartagena, en un conjunto comparable al mismísimo Parque Güell de Gaudí. Magníficos diseños a base de trencadís son empleados en bancos, fuentes, maceteros, miradores y escaleras, configurando un conjunto único, siendo la gran joya desconocida del modernismo cartagenero.

El edificio se encuentra en el interior de un jardín botánico de tipo mediterráneo, de gran valor histórico por su variedad de vegetación. Entre las especies que contiene este histórico jardín destacan los pinos y los palmitos, entre una amplia variedad de vegetación autóctona.

Adquirido por el Ayuntamiento de Cartagena, se concedió su explotación a un restaurante de cocina mediterránea-japonesa que lleva por nombre “Restaurante Casa Beltrí”. Sus propietarios, han hecho un gran esfuerzo por intentar preservar al máximo el edificio y su entorno, cosa que desde aquí queremos agradecer públicamente. 


domingo, 3 de mayo de 2015

33.- FÁBRICA P. ABELLÁN LÓPEZ: Figuras modernistas de terracota – Murcia



Los escasos estudios que se han realizado sobre el modernismo en la provincia de Murcia, están casi exclusivamente centrados en los arquitectos, y en unos pocos artesanos cuyos nombres han llegado hasta nuestros días.

Sin embargo no conozco ningún trabajo que haya investigado en profundidad sobre el arte mobiliario modernista murciano, y más específicamente sobre los fabricantes de muebles, lámparas, cristales o terracotas, que también se realizaron aquí para adornar el interior de las bellas viviendas que se construyeron por estas tierras. 

La terracota (literalmente "arcilla modelada y endurecida al horno") policromada, tuvo gran predicamento entre las clases burguesas durante las primeras décadas del pasado siglo. El mayor y mejor fabricante europeo fue la casa austriaca "Goldscheider", en donde grandes escultores crearon verdaderas obras sublimes en estilo art-nouveauEn España destacaron las figuras femeninas de ojos entreabiertos que creaba el barcelonés Lambert Escaler, pero hasta ahora no se conocía ningún artesano que trabajase en la zona del sureste.

Hace poco descubrí en el portal de antigüedades todocolección, un pequeño catálogo de “figuras finas de barro, imitación porcelana” de la “Fábrica P. Abellán López” de Murcia, fechado en 1919.



Las hojas de dicho catálogo mostraban, entre figuras de santos y de belenes, de gran tradición por estas tierras, algunas obras claramente modernistas, entre las que destacaba un jarrón en el que una lánguida y bella joven, con ropajes vaporosos, apoya su espalda en una gran planta que da forma al jarrón.


Inmediatamente reconocí en ella una de las piezas más bellas de nuestra modesta colección, y que además fue nuestra primera adquisición, comprada en uno de los anticuarios que hay en Tortosa durante una visita que realizamos a esta localidad mientras investigábamos sobre la vida y la obra de mi bisabuelo el arquitecto Víctor Beltrí. Otra vez encontramos relación entre las tierras tortosinas y las murcianas. ¡Qué curioso!


Colección particular Cegarra Sánchez

He intentado indagar sobre la fábrica Abellán, que al parecer se ubicaba inicialmente en el Barrio del Progreso de Murcia, y apenas he sido capaz de encontrar alguna información, como una carta comercial en la que figuraba este membrete.


No obstante parece ser que sus herederos todavía siguen trabajando, ahora bajo el nombre de “Artesanía Abelllán”, realizando figuras de belén en barro policromado que se elaboran siguiendo el genuino proceso artesanal. 

Cualquier información adicional que nos ayude a poder dar el reconocimiento que se merece a este pionero de la terracota murciana, será bienvenida, como siempre.